Ciclo de vida del Producto
Se dice que un producto (bien o servicio ) pasa por un ciclo de vida cuando en algún momento se torna obsoleto; sus ventas pasan por distintas etapas en las cuales enfrentan diferentes desafíos; las ganancias también oscilan a lo largo de las distintas etapas, y la empresa precisa emplear diferentes estrategias en términos de marketing, finanzas, producción, compras y personal en las distintas etapas del ciclo de vida del producto (Kotler 1994).
La figura abajo ilustra como varían las ventas y ganancias durante el ciclo de vida típico de un producto.
Durante su desarrollo, hay una gran involucración e inversión y el ingreso es cero, porque no hay ventas, por lo tanto, la utilidad es negativa.
Al introducir el producto en el mercado, comienzan las ventas para los usuarios pioneros, pero las utilidades son aún muy bajas, porque persisten los gastos con el desarrollo para completar y eliminar los "defectos de nacimiento" del producto, sumados a los gastos con su promoción en el mercado.
En la etapa de crecimiento, el producto comienza a venderse a nuevos clientes además de los pioneros, pero los gastos de promoción son expresivos y la rentabilidad crece lentamente.
En la etapa de madurez, las ventas e ingresos alcanzan su pico y comienzan a decaer, en la medida en que disminuye el número de nuevos clientes y el posible mercado es atendido tanto por la empresa como por los competidores e imitadores, atraídos por el crecimiento del negocio en la etapa anterior.
Finalmente, como sugiere la analogía con el ciclo de vida de los seres vivos, llega al fin la vida del producto, con la merma en las ventas y en la rentabilidad, y ha llegado el momento de retirar de línea el producto obsoleto, y sustituirlo por una nueva generación o por productos diferentes, pero que luchen para conquistar la misma porción del presupuesto que los clientes destinaban al producto extinto.
La mayoría de los productos puede tornarse obsoleta porque deja de ser deseada por el mercado, la empresa deja de producirlos, o los clientes los sustituyen por otros productos del mismo proveedor o de sus competidores.
Un caso interesante ocurre cuando se abandona el uso de un producto por desaparecer la necesidad de usarlo, o porque ella fue atendida de otra forma, sin que haya surgido un producto sustituto de la misma categoría o con funcionalidad equivalente.
Por ejemplo: el uso del bastón como accesorio masculino, indicador de clase social, dejó de adoptarse debido al cambio ocurrido en las costumbres y valores sociales, sin que haya surgido un producto que sustituyese su funcionalidad. Sin embargo, el uso del bastón por personas con dificultades para caminar, continúa en boga.
FUENTE: SEBRAE
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